Una vez, un monje visitó al maestro Gensha para saber dónde
estaba la entrada al camino de la verdad. Gensha le preguntó:
— ¿Oyes el murmullo del arroyo?
— Sí, lo oigo —respondió el monje.
— Pues allí está la entrada —le dijo el maestro.
— Sí, lo oigo —respondió el monje.
— Pues allí está la entrada —le dijo el maestro.
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